jueves, 26 de julio de 2012

Respuestas de Alfonso Lans a Jorge Bichuetti para un artículo en su blog

Este ariculo surge a partir de correos electrónicos enviados entre Jorge Bichuetti (médico, psicoterapeuta, esquizoanalísta) y Alfonso Lans (psicoterapeuta, esquizoanalísta y docente), el cual responde a algunas preguntas enviadas por Bichuetti para ser publicadas en su blog. (www.jorgebichuetti.blogspot.com por mas información)

Jorge Bichuetti:


Mi amigo, estamos alegres que vayas a contestar las cuestiones y tristes por lo de la vida que nos traiciona, destroza y lastima cuando uno no espera...
Se abren novedosos caminos, después de las tormentas… yo lo creo, no
por autoayuda pero por la potencia de las situaciones caosmóticas como creía Guattari.
Te queremos y son tuyos nuestros pensamientos de valor y frutos venideros...
Esperaré con alegría tus respuestas, el blog está hermoso, ahora tenemos que darle cualidad..
Hago unos recuerdos de lecciones del viejo Baremblitt... ¡ Dale!
cuando a lo de los chicos, pienso que no es difícil, la organización
tiene planteado estos problemas  que se arreglan con buena voluntad y
ganas...
No desaparezcas,
abrazos jorge


Respuesta de Alfonso Lans:

Las Preguntas son:

1 ¿ El esquizoanálisis cambia la praxis psi? ¿ Cuál es su rasgo novedoso en relación a las otras prácticas?


"Sé que tengo cáncer. Lo que quiero decir antes de morir es que odio a los psiquiatras. En el hospital de Rodez yo vivía bajo el terror de una frase: "El señor Artaud no come hoy, pasa al electroshock". Sé que existen torturas más abominables. Pienso en
Van Gogh, en Nerval, en todos los demás. Lo que es atroz es que en pleno siglo XX un médico se pueda apoderar de un hombre y con el pretexto de que está loco o débil hacer con él lo que le plazca. Yo padecí cincuenta electroshocks, es decir, cincuenta estados de coma. Durante mucho tiempo fui amnésico. Había olvidado incluso a mis amigos: Marthe Robert, Henri Thomas, Adamov; ya no reconocía ni a Jean Louis Barrault. Aquí en Ivry sólo el doctor Delmas me hizo bien; lamentablemente murió...
-Estoy asqueado del psicoanálisis, de ese "freudismo" que se las sabe todas". 

 Antonin Artaud (una de sus últimas declaraciones)


Así es amigo, el problema de la voluntad, tan caro a Nietzsche, veo que es un problema primeramente planteado por el escolástico, escocés de nacimiento, Duns D’escoto. Juan es de los primeros en plantear que la voluntad esta por encima del entendimiento en tanto esta está en relación a la libertad.
Creo que la gran modificación que el esquizoanálisis provoca en el campo de las prácticas psi tiene allí su raíz. La deriva del binomio Deleuze-Guattari que implica una multiplicidad en devenir se entronca allí en la medida que el problema de la esencia del ser solo puede ser bien formulado si a aquella la planteamos como práctica, y en especial en lo que nos atañe: la práctica social. Esta deviene en causa “per sui”, a la vez que plano de inmanencia que compone a la causa de ser como afirmación de la diferencia, como afirmación pura de si, ya no mas individuos, grupos, u otras unidades, ni esencia, ni función, sino multiplicidades, verdaderas diferencias de naturaleza, agenciamientos y meras estratificaciones de la producción deseante que es rizomática por naturaleza, es decir devienen cambiando de naturaleza en tanto difieren de si, infinitos pliegues que implican modificaciones, es decir expresión de infinitos modos componentes como expresiones del ser.
Desde allí Deleuze fuerza o mejor aún crea, a partir de seguir su método dramático que no es otro que el de la intuición rigurosa, un nuevo rizoma que lleva su firma en tanto efecto, efecto Deleuze, conectando a partir de colocar la diferencia ya no como negativo de lo otro, otro que doblaría el mundo o que de otro modo deviene en causa trascendente del ser, es decir exterior. Como observaras, los agenciamientos que Deleuze invenciona siguiendo la afirmación de la diferencia como causa eficiente, es decir como causa de si, compone una novedosa máquina abstracta que no es otra que su propia práctica y su reinvención de encuentros virtuales entre Bergson, Nietzsche y el majestuoso Spinoza. La causa inmanente surge en todo su esplendor deviniendo en el ariete que desgarrará el hegelianismo y su aberrante dialéctica de la negatividad que solo entiende de oposiciones dialécticas abstractas. No necesito acentuar que con ello se demuele el Lacanismo y su rococó insoportable, de mejunjes de falta (negatividad como causa exterior) ley y en definitiva orden o transgresión. Sin embargo no será hasta que se produzca el fermental encuentro con Guattari y sus máquinas deseantes que Deleuze pueda fugar a una nueva tierra, donde la práctica psi deviene en práctica de la libertad, es decir la invención de medios para potenciar la vida.
Encuentros klínicos ya no medidos por la clínica médica, en tanto la segunda no es otra cosa que una traspolación de una práctica disciplinaria de control, clasificación y gestión de riesgos, que es lo que implica toda diferencia para el poder u orden, la primera en cambio es una práctica ética de construcción, mejor aún de composición de territorios existenciales singulares, en definitiva práctica de libertad, a la vez que plano de organización de los particulares y agenciamiento de singularidades.
Por esto mismo es que no debemos ilusionarnos, nuestra causa libertaria esquizoanalítica será permanentemente, primero ignorada, luego atacada por las corporaciones de la salud mental al servicio del poder y el capital, las mas de las veces ignorando el sentido de sus prácticas dominadas por un buen entendimiento y la mejor de las intensiones. Por último el mas terrible de los peligros ya se vislumbra, incluso entre nuestras filas, será su axiomatización; es decir recuperando aquellos aspectos que reciclen su capacidad de entendimiento para despojar al esquizoanálisis de su potencia ética, es decir revolucionaria.
El sufrimiento humano no es algo menor exige de nosotros la mas beatífica de las dedicaciones, o al menos amorosa, pero no ubiquemos en la angustia el motor de la producción humana, como si esta última derivara de la carencia o la necesidad. Démosle al deseo su pleno derecho, de todos modos no lo reclama, sino que produce, incluso al modo de Deleuze y Guattari, o al tuyo, o al mío.
Un gran abrazo

2. ¿ Qué función ejerce el concepto de rizoma cuando se da una intervención?
3. y en nuestras vidas: ¿ Hay una lucha entre los árboles que fuimos y
el rizoma que nos nos propone venideros?
Me permito responder estas preguntas con un Poema de Antonin Artaud


La tara tóxica

Evoco el mordisco de inexistencia y de imperceptibles cohabitaciones. Venid, psiquiatras, os llamo a la cabecera de este hombre abotagado pero que todavía respira. Reuníos con vuestros equipos de abominables mercaderías en torno de ese cuerpo extendido cuan largo es y acostado sobre vuestros sarcasmos.  No tiene salvación, os digo que está INTOXICADO, y harto de vuestros derrumbamientos de barreras, de vuestros fantasmas vacíos, de vuestros gorjeos de desollados.
Está harto. Pisotead, pues, ese cuerpo vacío, ese cuerpo transparente que ha desafiado lo prohibido. Está MUERTO. Ha atravesado aquel infierno que le prometíais más allá de la licuefacción ósea, y de una extraña liberación espiritual que significaba para vosotros el mayor de todos los peligros. ¡Y he aquí que una maraña de nervios lo domina!
Ah medicina, aquí tenéis al hombre que ha TOCADO el peligro. Has triunfado, psiquiatra, has TRIUNFADO, pero él te sobrepasa. El hormigueo del sueño irrita sus miembros embotados. Un conjunto de voluntades adversas lo afloja, elevándose en él como bruscas murallas. El ciclo se derrumba estrepitosamente. ¿Qué siente? Ha dejado atrás el sentimiento de sí mismo. Se te escapa por miles y miles de aberturas. Crees haberlo atrapado y es libre. No te pertenece.
No te pertenece. DENOMINACIÓN. ¿Hacia dónde apunta tu pobre sensibilidad? ¿A devolverlo a las manos de su madre, a convertirlo en el canal, en el desaguadero de la más ínfima confraternidad mental posible, del común denominador consciente más pequeño?
                Puedes estar tranquilo: ÉL ES CONSCIENTE.
                Pero es el Consciente Máximo.
                Pero es el pedestal de un soplo que agobia tu cráneo de torpe demente pues él ha ganado por lo menos el hecho de haber derribado la Demencia. Y ahora, legiblemente, conscientemente, claramente, universalmente, ella sopla sobre tu castillo de mezquino delirio, te señala, temblorcillo atemorizado que retrocede delante de la Vida-Plena.
Pues flotar merced a miembros grandilocuentes, merced a gruesas manos de nadador, tener un corazón cuya claridades la medida del miedo, percibir la eternidad de un zumbido de insecto sobre el entarimado, entrever las mil y una comezones de la soledad nocturna, el perdón de hallarse abandonado, golpear contra murallas sin fin una cabeza que se entreabre y se rompe en llanto, extender sobre una mesa temblorosa un sexo inutilizable y completamente falseado, surgir al fin, surgir con la más temible de las cabezas frente a las mil abruptas rupturas de una existencia sin arraigo; vaciar por un lado la existencia y por el otro retomar el vacío de una libertad cristalina.
En el fondo, pues, de ese verbalismo tóxico, está el espasmo flotante de un cuerpo libre, de un cuerpo que retorna a sus orígenes, pues está clara la muralla de muerte cortada al ras y volcada. Porque así procede la muerte, mediante el hilo de una
angustia que el cuerpo no puede dejar de atravesar. La muralla bullente de la angustia exige primero un atroz encogimiento, un abandono primero de los órganos tal como puede soñarlo la desolación de un niño. A esa reunión de padres sube en un sueño la memoria, rostros de abuelos olvidados. Toda una reunión de razas humanas a las que pertenecen estos y los 0tros.
Primera aclaración de una rabia tóxica.
He aquí el extraño resplandor de los tóxicos que aplasta el espacio siniestramente familiar.
En la palpitación de la noche solitaria, aquí está ese rumor de hormigas que producen los descubrimientos, las revelaciones, las apariciones, aquí están esos grandes cuerpos varados que recobran viento y vuelo, aquí está el inmenso zarandeo de la Supervivencia. A esa convocatoria de cadáveres, el estupefaciente llega con su rostro sanioso. Disposiciones inmemoriales comienzan. La muerte tiene al principio el rostro de lo que no pudo ser. Una desolación soberana da la clave a esa multitud de sueños que sólo piden despertar. ¿Qué decís vosotros?
¡Y todavía pretendéis negar a importancia de esos Reinos, por los cuales apenas comienzo a marchar!

Publicado en "La Révolution Surréaliste", N° 11 (1928)
Versión de Aldo Pellegrini

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Gilles Deleuze