jueves, 19 de julio de 2012

TRABAJO DEL CFG SOBRE LAS INTENCIONES DE FUPSI



TRABAJO PRESENTADO EN LAS JORNADAS DE ESQUIZOANÁLISIS, ESQUIZODRAMA, SALUD MENTAL Y DERECHOS HUMANOS REALIZADAS EN DICIEMBRE EN ESPACIO PLIEGUES, POR EL CENTRO FÉLIX GUATTARI


“SI SOS PSICOTERAPEUTA O QUERÉS SERLO NO PODÉS PERDERTE ESTE ENCUENTRO”

Así reza una invitación en la página web de FUPSI a un evento del cual no daré cuenta. Aunque sí daré cuenta de lo que allí se enuncia. Del poder de convocatoria de dicho enunciado, que se conecta con toda una parafernalia montada en el Estado: la reciente implementación de las prestaciones psicológicas en el sistema sanitario y la pelea política por definir quién legalmente  puede y quién no puede  ejercer como psicoterapeuta. Se despliega la vieja lucha de las autodenominadas “instituciones  de la psicoterapia” por ganar territorio de saber-poder y dinero. Sobre todo dinero.

¿Cómo explicar sino, que aparezca en un reciente boletín informativo de APPIA (nº 51 1º/12/11), esta actividad y diga lo siguiente?: “FUPSI convoca al ENCUENTRO “Los Psicoterapeutas ante la implementación de la Psicoterapia en el SNIS ”, y trate como puntos de ese encuentro: “a)                      Como incluirnos, b) Condiciones de trabajo c) Honorarios”, y, sobre todo, lo que más genera extrañeza, es que esa actividad “generará  6 horas para el Certificado Uruguayo de Psicoterapia”!!!! Una actividad de claro tono gremial y económico, de defensa de los bolsillos  de los denominados “Psicoterapeutas”, genera horas para ser Psicoterapeuta según esta gente, es decir: para obtener un certificado de Psicoterapeuta. Qué cosa de locos, no? De locos bien vivos, tal vez de esos “locos malos” que una vez aludió G. Baremblitt en una de sus tantas conferencias en el Congreso Internacional de Salud Mental y DDHH.
La convocatoria genera la afección, triste sin dudas,  en psicólogos y estudiantes de nuestra disciplina, invocando el cuestionamiento: ¿soy psicoterapeuta?  Y es más, si creo que lo soy pero no pasé por los requisitos que FUPSI se cree con el derecho de exigir para ello: ¿soy un buen psicoterapeuta? Lógica del Bien y del Mal instalada, todo un plano de  trascendencia aplastante. Los psicólogos que pasan y los que no pasan por dicho requisito, que estas asociaciones PRIVADAS, se arrogan. Malos y Buenos Psicoterapeutas. O peor aún: los que son y los que no lo son, pues son “simplemente psicólogos”.  Y la cuestión no sólo pasa por una lógica ética, sino sobre todo económico-laboral: sin ese “papelito” que dice que soy bueno en esto, ¿me dan laburo o no en el mercado, que hoy exige la “formación adecuada”?

Un reciente comunicado de la CPU de este año decía que los agentes de FUPSI “quieren salvar la psicoterapia”. En un plano tienen razón, pero yo creo algo más: este posicionamiento le da sentencia de muerte.  Pues en tal caso, desaparece la PSICOTERAPIA como institución, para pasar a instituirse el poder de las escuelas y sus organizaciones, eso que en Facultad me enseñaron que se llaman “Corrientes teórico-técnicas”. Eso que podía formar parte, o no, de mi caja de herramientas, a la hora de buscar cuidado, alivio y tratamiento al sufrimiento del alma.

Como en el chiste que relata Baremblitt en el capítulo de su libro, que da nombre a esta mesa, nos están contrabandeando por delante de nuestras narices. Las carretillas son las escuelas de psicología  (es más correcto enunciarlas de esta forma, ya que engloban mucho más que la psicoterapia)  y su supervivencia económica: quedarse con una suculenta porción de la torta.  Esas a las que antes se accedía por Deseo y/o por posibilidades económicas, ahora se intentan instaurar como Ley obligatoria. Recordemos las palabras que Claire Parnet, en ese maravilloso libro a dúo con Deleuze, “Diálogos”, le dedica a las escuelas: “Las escuelas son de tipo arborescente. Una escuela ya es algo terrible: siempre hay un papa, manifiestos, representantes, declaraciones vanguardistas, tribunales, excomuniones, trapicheos políticos, etc. Pero lo peor de las escuelas no sólo es la esterilización de los discípulos, sino más bien la destrucción, el aplastamiento, de todo lo que se había  hecho antes o se estaba haciendo al mismo tiempo”. (Deleuze-Parnet, Diálogos, pág. 32).

Ante esta perspectiva urge hacer una línea de fuga, creadora y de resistencia. Urge defender la Psicología, y no a las escuelas, también a la Psicoterapia, y no a las corrientes teórico-técnicas. Urge agenciarse con las instituciones señeras en ese camino, como nuestra pública Facultad y el gremio, la CPU, que defienden a capa y espada el Perfil del Psicólogo y la Ley del Psicólogo, que incluyen como competencias del psicólogo universitario,  los tratamientos psicológicos.

En este marco de estas Jornadas, donde lo que celebramos es el canto a la vida, a su diversidad, a su singularidad, a su multiplicidad; no podemos más que oponernos a esta línea fascistoide que se está intentando instalar en los lugares de decisión y poder en el marco de la tecnocracia sanitaria. Apoyamos que la gente se forme donde quiera y pueda, no es una postura en contra de las asociaciones escolásticas de la psicología. Pero cuando éstas se quieren imponer como la Verdad en lo que implica a lo que es o no Psicoterapia, a quien es o no Psicoterapeuta, ahí tenemos que decir: ¡¡no, hasta acá llegaron!! Como bien lo señaló un documento de la CPU en su momento (año 2006): se están metiendo donde no les corresponde, pues esta cuestión es propia de la disciplina, y esa disciplina es la Psicología. Por ende, las definiciones en este sentido deberán ser realizadas por las instituciones universitarias y los colectivos profesionales en su más amplio espectro. Como dijo Baremblitt en el artículo ya citado: no quedemos “enceguecidos por una especie de  veneración excesiva de algunos monumentos epistemológicos-teórico-técnicos” (“Saber, poder, quehacer y deseo”, pág. 17, Ed. Nueva Visión)

Recientemente se realizó el encuentro anual de los colegas de Salud Pública-ASSE, su séptimo encuentro, donde estos temas estuvieron en el debate. Saltó la indignación en muchos, ante la idiota posibilidad de que empiece a valer más un papelito dado por una institución privada, que los años de experiencia de prácticas psicológicas de muchos colegas, que seguro están mucho más instaladas en el plano de inmanencia que las lógicas de muchos acostumbrados a pacientes de la alta burguesía. Los colegas con varios lustros y décadas de trabajo en Salud Pública seguro tienen mucho para enseñarnos sobre todo tipo de clínica en general, y muchos de ellos no pasaron por las instituciones de FUPSI. A lo sumo por algún grupo de estudio, por supervisiones, por otros modos, más nómades de producir Psicología. Y no por ello menos válidos. Y en ese mismo lugar pongo las ricas experiencias universitarias que sostienen los Servicios de la Facultad. A propósito, nada mejor que recordar las palabras del maestro ya citado, en el mismo artículo: “estoy tratando de prevenir contra una posible falsa supremacía de algunos credos teóricos, sofisticados, que pretenden excluir todo un arsenal técnico que se ha revelado eficaz, sobre todo cuando está unido a la crítica social y a los enfoques inventivos. Con un criterio purista se piensa que porque una teoría es altamente formalizada, compleja, erudita, etc., se justifica que su práctica específica sea pobre, juzgada según parámetros ajenos. En tanto que una gran cantidad de prácticas empíricas, que carecen de un aparato teórico que las justifique, se revelan marcadamente eficaces, e incluso eficientes, consideradas desde una teoría apropiada” (Baremblitt, “Saber, poder, quehacer  y deseo”, pág. 27).

De los puntos que la Mesa Ejecutiva de CPU en julio de 2010 enunció a propósito de las intenciones de FUPSI, resalto estos:
“-Parecería más tratarse de una política de contralor del ejercicio o peor aún de contralor de mercado.
-Las acciones que FUPSI patrocina tendrían consecuencias, entre ellas, la más injusta sería la EXCLUSIÓN en áreas de trabajo para la cual sería requisito ineludible acceder al Certificado único de Psicoterapeuta.
-Creemos que FUPSI no tiene legitimidad para otorgar certificados que acrediten esta especialidad”

Reivindiquemos como sustantivo la MULTIPLICIDAD, también en lo que corresponde al campo diverso de la Psicología y las Psicoterapias, peleando por la libertad de elegir los modos de formación y construcción permanente, con y sin las organizaciones “ortodoxas” de producir psicoterapeutas. Poniendo la Clínica en primer lugar, el trabajo, el campo de problemas, como lo central siempre, más allá de los caminos teórico-técnicos a aplicar o producir. Y también advierto en ello a los que nos denominamos esquizoanalistas, recordando las palabras de nuestro hoy homenajeado querido compañero Baremblitt: los destinatarios del esquizoanálisis deberán usarlo  “según la más absoluta singularidad de cada uno y teniendo siempre en cuenta las infinitas variaciones en las que se realiza el “bien común” como valor supremo” (Cuadernos de Campo 5, número dedicado a Deleuze y Guattari, octubre 2008, Bs. As., Argentina)

CENTRO FÉLIX GUATTARI

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Gilles Deleuze