domingo, 28 de julio de 2013

Un buen dios para movimientos geológicos


Un buen dios para movimientos geológicos
(N+2 )


1

Siendo la pedagogía, en sentido propio, la ciencia que tiene por objeto la reflexión sobre la educación y la enseñanza, como así  también, el logro de métodos, medios y modos para lograr una mejor comprensión de los proceso pedagógicos que apuntan a que el individuo descubra por sí  mismo su “libertad interior,” el presente  trabajo tiene por objetivo iniciarnos en la reflexión de los procesos pedagógicos desde una perspectiva cuyo método de acción es la deconstrucción.

 A lo largo del tiempo se han sucedido  diversos  modos de entender la enseñanza.  Algunos  han logrado dar respuesta a los planteos e  interrogantes que le suscitaba su tiempo  y desplegaron todo un aparato conceptual que les permitió   constituirse como escuelas; otros,  por el contrario, han sido  muy levemente tomados en cuenta a pesar de la profundidad y pureza  de sus razones, tal es el caso del: Emilio  o de la educación de Jean Jacques Rousseau, obra en la cual,   se encontrará un impulso hacia la purificación y otro hacia la prosecución [1],  así como también,  un llamado constante al corazón  y un frecuente freno a la razón[2]. La manifestación de la alegría, el desbordamiento vital,  la expresión del dolor, del pesimismo y de la amargura,  impregnan sus páginas de un  lirismo que se fundirá en una amalgama de idealismo- lirico. Holderling en  La vocación del poeta escribe: El hombre, cuando debe, permanecer sin miedo y solo, ante Dios. Su candor le protege. No necesita ni armas, ni tretas, hasta el momento en que la ausencia de Dios le ayuda.     

Con esto  nos iniciamos en lo que pretende ser una tentativa de reflexión acerca del “arte de enseñar” en vista de lograr  la apertura de una nueva dimensión de enseñanza que escape a la modalidad paradigmática o lógica- científica que caracteriza al  sistema matemático  que se fundamenta en la  descripción y explicación; categorización y conceptualización. De esto resulta y en  contra del imperio de   esta lógica logicista, (a veces se ha dicho  que los teoremas de incompletitud de Gödel  introducían en la fundamentación de las matemáticas una nueva técnica de análisis que es comparable en fecundidad al poder del método algebraico introducido por Descartes ),   que la apertura  de un  nuevo plano en el terreno de la enseñanza  puede brindarnos un nuevo modo de ordenar la experiencia y construir realidades en beneficio de la  individuación de la subjetividad de los educando. En este sentido pretendemos desechar el ordenamiento meticuloso de esta representación discursiva que caracteriza a nuestro actual discurso educativo  y reemplazarla  por el desorden ordenado de la representación afín de  que la   subjetividad de los individuos  no se encuentre apresada en la antigua y actual dimensión del ideal  matemático que caracteriza aun en nuestros días el modo de enseñar y que cuenta con toda una gama de   procedimientos para homogenizar  y hacer pre-visibles los deseos.  Sabemos desde tiempos  de Aristóteles que: “todos los hombres, por naturaleza, desean conocer. Prueba de ello es el deleite que causa las sensaciones, pues, al margen de su utilidad, nos deleitan por sí mismas; y, por encima de todas, la sensación visual.”[3]   


El entendimiento, (la facultad que tenemos de producir nosotros mismos representaciones  o la espontaneidad del conocimiento), se encuentra parcelado en facultades modulares como la razón, la voluntad, la afectividad. La imaginación también proviene del entendimiento  y es la que otorga sentido  a la experiencia gracias a la articulación de componentes emocionales, racionales e imaginativos. En pocas palabras es el pensamiento del hombre, en tanto, modo finito; y sin embargo es idea y fragmento del mundo infinito. El desarrollo de esta facultad  sobre una gama de registros prácticos y expresivos pueden despertar en el individuo aquellas facultades interiorizadas que le permitirían construir sus propios tipos de referencia practica y teóricas, sin permanecer en una  posición de dependencia pasiva, permitiendo a su vez, que el individuo se convierta en un sujeto de creación y ruptura[4], además de un agente intencional del desarrollo social. Por lo dicho otorgamos a la imaginación un papel preponderante en esto que pretende ser un deslinde de ideas dentro del terreno de la práctica pedagógica.

En su libro Realidad mental y mundos posibles,  Jerome Bruner  nos advierte que la ciencia cognitiva se ha centrado demasiado en los aspectos sistemáticos y lógicos de la actividad mental y por ello no ha podido captar otros mecanismos decisivos para los actos humanos como la facultad a la que hacíamos referencia anteriormente (la imaginación) aduciendo que : la modalidad paradigmática trata de trascender lo particular buscando niveles de abstracción  cada vez más altos, y al final rechaza en teoría todo valor explicativo en el que intervenga lo particular. La lógica está desprovista de sentimiento: uno va donde lo llevan sus premisas, conclusiones y observaciones[5] .  Estos aspectos sistemáticos y lógicos que obedecen a la modalidad paradigmática o lógica-científica de la mente  serán desestimados por él en beneficio de la aplicación imaginativa de la modalidad narrativa, la cual se ocupa de las intenciones y acciones humanas y de las vicisitudes que marcan su transcurso. La aplicación imaginativa de la  modalidad paradigmática da como resultado una teoría sólida, un análisis preciso, una prueba lógica, argumentaciones firmes y descubrimientos empíricos guiados por una hipótesis razonada. No obstante, la imaginación (o intuición) paradigmática no es igual a la imaginación del poeta o novelista. En cambio, es la capacidad de ver conexiones formales posibles antes de poder probarlas de cualquier modo formal[6]

 Entonces: la verdad de idealidades lógicas; el bien de la voluntad moral; la ley del espacio público; el capital de cambio; la belleza del dominio estético; pueden ser entendidas como esferas de valor cuyo recorte de trascendencia devendrá en una individuación de la subjetividad que permitirá remodelar los esquemas de conocimiento, extendiéndose sobre el dominio del percepto y el afecto estético[7]. A estos efectos y continuando con los aportes teóricos de quien supo ser unos de los  artífices de la revolución cognitiva – Bruner-  propone una lógica semejante a la de una trama narrativa. Como sabemos la trama es la manera y el orden de llegar a saber lo que sucedió en el relato. Un relato puede contarse en una secuencia diferente lo que significa  que la estructura básica común del cuento  se organiza en diferentes secuencias  y no por eso pierde su significado. Para Barthes interpretar un texto no es darle un sentido sino por el contrario apreciar la pluralidad de que está  hecho este texto. El texto escribible somos nosotros en el momento de escribir

 Bruner se valdrá para esta tarea de los trabajo realizados por  Michotte sobre la irreductibilidad de la causalidad  como categoría mental en el sentido kantiano. A su vez entenderá el concepto de INTENCION tanto como lo hizo Kant con el concepto de CAUSALIDAD. Con ello Bruner pretende un efecto de des-acostumbramiento y sorpresa alterando la organización- espacio temporal en la secuencia de contenidos.
Ya hemos dicho que Bruner en Realidad metal y mundos posibles, nos presenta, a expensas de no perder la rica diversidad que encierra el pensamiento,  dos modalidades de pensamiento. La primera relacionada con los aspectos   lógicos -   formales  de los procesos mentales  y otro denominado por él como la  Modalidad narrativa de la mente  cuya aplicación imaginativa produce buenos relatos, obras dramáticas, crónicas e historias creíbles. Es así que esta nueva orientación propuesta por Bruner, nos brinda  nuevos modos  de ordenar la experiencia y de construir realidades en un lugar  poblado de múltiples diferencias y  que por tal no tiene una relación idéntica con el sentido  ya que   obedecen a distintos sistemas de signos. Hablamos del aula.

II

 El aula es el espacio donde se lleva a cabo el evento de enseñar. Ella también forma parte de la práctica educativa. Al iniciar nuestro trabajo hacíamos referencia a la deconstrucción emblema de la filosofía de de Jacques Derrida para quien un texto siempre es heterogéneo  lo que permite que pueda ser analizado mediante la conexión de distintos niveles de análisis, sean  filosóficos, literarios, psicoanalíticos, políticos  e inclusive arquitectónicos.

 La disposición espacial no es un dato menor que se deba desestimar a la hora de reflexionar sobre la práctica pedagógica  ya que es el lugar donde se desarrollan los procesos de enseñanza aprendizaje. El aula  también  forma parte del hipertexto de la educación. Así desde nuestra  perspectiva de análisis deconstructivista  el afuera también es el adentro lo cual nos permite   optar por dos estrategia de acción sobre el terreno de la práctica educativa: 1)- intentar la deconstrucción  sin cambiar de terreno, repitiendo lo implícito de los conceptos fundadores y de la problemática original, o 2)- decidir   cambiar el terreno de manera discontinua e irruptiva, instalándonos brutalmente fuera y afirmando la ruptura y las diferencias absolutas. La simple práctica de la lengua reinstala sin cesar el nuevo terreno sobre el más viejo suelo. La malicia del lenguaje hace del Condicional una forma del deseo más fuerte que la del Indicativo Presente que es modo de demanda. Entre, el dentro y fuera del texto, hay que encontrar otra distribución del espacio y de lo enunciado en el.  Corolario: La educación es el problema más grande y más difícil que se le pueda plantear al hombre.

 De todo lo dicho resulta que APRENDER   supone en primer lugar, considerar una materia, un objeto, un ser como si emitiera signos por descifrar, por interpretar. No se llega a medico más que haciéndose sensible a los signos de la enfermedad. Todo aquello que nos enseña algo emite signos, todo acto de aprender es una interpretación de signos o de jeroglíficos que se presentan como la exploración de los diferentes mundos de signos que se organizan en círculo. Del mismo modo a como se lleve esta exploración  corresponde explorar, de igual manera, los tres planos sobre los que se construye la Crítica que son: la sensibilidad, el entendimiento, y la razón. Tres planos que obedecen a los vastos e insondables dominios de La razón pura…

La redacción del último verso, tras los otros dos resulta oscura: “ya no es la presencia de Dios sino la ausencia de Dios la que tranquiliza al hombre.” Es extraño pero cierto nos  confiesa Fritz Lang.








Notas:

1Acción y efecto de proseguir

2 Jacques Derrida en, de la gramatología, libro fundacional de la deconstrucción escribe: “La “racionalidad” – tal vez sería necesario abandonar esta palabra, por la razón que aparecerá al final  de esta frase – que dirige la escritura así ampliada y radicalizada, ya no surge  de un logos e inaugura la destrucción, no la demolición  sino la des- sedimentación, la deconstrucción  de todas las significaciones  que tienen su fuente en este logos.” (de la gramatología. Página 16)

3Aristóteles, Metafísica  980ª

4Félix Guattari. El nuevo paradigma. [1]

6 Jerome Bruner, Realidad mental y mundos posibles. Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Editorial gedisa.

7 Félix Guattari en, El nuevo paradigma estético, nos habla del arte en  sentido de capacidad de invención capaz de lograr una invención de coordenadas mutantes. Este nuevo paradigma se orienta a la capacidad del individuo de autoafirmarse como foco existencial, como maquina autopoiética. “El nuevo paradigma estético tiene implicancia  ético-políticas porque hablar de creación es hablar de responsabilidad de la instancia creadora respecto de la cosa creada, inflexión de estado de cosas, bifurcación más allá de los esquemas preestablecido “(El nuevo paradigma estético. Página 84)

 8 La crítica a la razón pura de Immanuel Kant  no es  una teoría del conocimiento  físico-matemático en sentido estricto. Una exposición detallada se  encuentra  en el curso dictado por Martin Heidegger durante el semestre  de invierno de 1927-28  en la universidad de Friburgo de Brisgovia. Allí desmiente a quienes interpretan la crítica a la razón pura  como una teoría de la experiencia  y más aun como una teoría de las ciencias positivas. Afirmando que: “quienes así lo hacen desconocen por completo la intención de esta obra.  La critica a la razón pura no tiene nada que ver con la teoría del conocimiento.”  Kant en ella escribe: “El conocimiento humano tiene dos orígenes  y que tal vez ambos procedan de una raíz común  desconocida para nosotros; estos son: la sensibilidad y el entendimiento.”



Pablo Zerbatto



 




   

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