Esta presentación que pretendo hacer el día de hoy, es un
recorte de un trabajo que estoy escribiendo, que espero sea mucho más largo y complejo
que se llama “Movimientos de
emancipación humana: la revolución micropolítica”, que toma como eje mi
experiencia como activista del Movimiento Zeitgeist fundamentalmente, y hoy también
lo pienso conectar con lo que se está produciendo y lo que estoy aprendiendo en
el Centro Félix Guattari, ambos dentro la propuesta que Guattari llamó “Ecosofía”, que es la razón fundamental
por la que hoy estoy aquí, y eso es: el cambio de paradigma
socio-económico-político-cultural de nuestra sociedad.
Como es imposible que pueda presentar en estas jornadas del
CFG este trabajo ya que es algo a largo plazo, que requiere de más tiempo,
porque va a incluir diversas experiencias, miradas y reflexiones respecto de
los movimientos de emancipación humanos relacionados con el MZ y con el
esquizoanálisis, y esto es así porque para mi ambos son completamente
complementarios en tanto que los entiendo dentro de un mismo momento y
comparten ciertas características de las críticas y análisis del sistema
capitalista, a su vez que propuestas concretas, la búsqueda de alternativas
reales o posibles a esta forma de vida que hemos naturalizado tanto.
Una de las grandes tareas es, desnaturalizar justamente, lo
que hemos construido, y por ende, es un fuerte cuestionamiento del paradigma
imperante, y la necesidad es la de transformarlo en las prácticas de la vida
cotidiana y con la creación de colectivos y proyectos concretos que apunten en
este sentido, no desde las estructuras viejas conocidas de poder, sino desde
los espacios más micro, o moleculares, introduciéndose en las fisuras del
sistema para generar ciertos cambios.
Hay una frase que la voy a decir para abrir un poco la
temática, y es: La libertad es creación.
La idea es que se la queden pensando, y después comenzará a tener sentido, a
medida que se vayan desplegando las ideas que quiero presentar hoy.
Existen dos conceptos fundamentales
a la hora de pensar sobre los procesos colectivos de producción deseantes como
pueden ser los que se desplieguen aquí en el Centro Félix Guattari o en el Movimiento
Zeitgeist o cualquier agrupación que pretenda llevar adelante semejante tarea
micropolítica, son los conceptos que muy bien trabaja Baremblitt de
autoanálisis y autogestión, y es algo que hoy tenemos que pensar entre todos
aquí.
¿Por qué es importante el
autoanálisis? Pienso que es fundamental poder trabajar sobre la implicación,
sobre los afectos y pensamientos que se producen en ese entramado de vínculos.
Observarme, visualizarme en los espacios de la vida cotidiana, en mis tareas,
vínculos, actividades en general. El autoanálisis no será solo individual, una
parte es esa, mirarme, conocerme, analizar mi implicación, y por otro lado,
también los grupos, los colectivos, los movimientos, pueden incluso diría que
deben realizar este ejercicio, autoanalizarse, mirarse, pensarse, buscar comprenderse,
permite posicionarnos frente a lo que hacemos de otra manera, ver lo que nos
potencia, lo que nos limita, entender las resistencias, los mecanismos de funcionamiento,
para poder trabajar sobre ellos y así transformarlos y modificarlos en función
de lo que nos propongamos hacer para fortalecer y potenciar además el proceso
de producción colectivo, al tener una mirada que permita un entendimiento de
cómo funcionamos, de lo que nos motiva, lo que nos interesa, lo que queremos
hacer, eso va a posibilitar aún más que esa producción sea más potente,
trabajando siempre en el plano de lo posible, infinito, múltiple, de los
procesos productivos deseantes.
En cuanto a la autogestión, diría
que es la hermana gemela del autoanálisis, una no puede existir sin la otra. Para
que los grados de autogestión de un colectivo aumenten, entonces, es
fundamental, que ese colectivo trabaje sobre sí mismo, en función del contexto
social que lo define, en tanto, ese deseo no es individual o personal, sino que
está en relación a una cultura, una sociedad, a la realidad en que vivimos.
Autogestión y autoanálisis, no son
separables. ¿Por qué es fundamental aumentar los grados de autogestión de un
colectivo o agrupación, o de uno mismo en la vida cotidiana? Por que la
autogestión es la capacidad que tenemos de organizarnos, de movernos por lo que
queremos, sin esperar que alguien lo haga por mi, rompiendo el modelo estatal,
parental, y para eso nos podemos preguntar: ¿para qué nos agrupamos? ¿Cuál es
la tarea que vamos a realizar? ¿Cómo la vamos a realizar? ¿Cuáles son nuestras
potencias y limitaciones? ¿Hacia dónde queremos ir? ¿Qué nos conecta? ¿Qué nos
mueve? Y más etcéteras…Estas preguntas abren casi obligatoriamente la necesidad
de autoproducción del colectivo, en este caso el CFG, que se piensa a si mismo,
el cual debería intentar responder la pregunta hacia dónde vamos, y para qué, y
sobre todo cómo vamos a ir haciendo lo que nos proponemos.
Este es un espacio de mucha
potencia, justamente, por que tenemos estas herramientas conceptuales del
esquizoanálisis, sobre todo las planteadas por Guattari en tanto que propuestas
más concretas, dejando planteado un pensamiento ecosófico, micropolítico, y
porque además, nos une las ganas de producir, de crear, de inventar otros modos
posibles de existencia, de reflexionar sobre cómo queremos vivir, de superarnos
como humanidad, siempre, ya que no es una tarea que tenga UN fin, sino, que es
justamente, procesual, es un movimiento al que adherimos, y esto el
esquizoanálisis lo motiva por todos…
Nuestra sociedad está lejos aún de
ser lo que puede ser, todavía no sabemos lo que podemos llegar a producir, y
ese es el desafío, y lo es porque también estamos viviendo una época en la cual
se ha disparado como nunca la producción tecnológica, el consumismo, las
problemáticas sociales en general, parece que todo se está cayendo a pedazos,
bajo la apariencia de que el capitalismo funciona, desde mi punto de vista,
está lejos de ser funcional, o quizás, lo es, para una minoría y eso no
deberíamos aceptarlo tan pasivamente.
¿Por qué entonces relaciono la
ecosofía con el Movimiento Zeitgeist?
El Movimiento Zeitgeist, es un
movimiento de emancipación humana, que surge como emergente cultural, a partir
de la necesidad de devolverle a la sociedad lo que de ella ve, en base a
análisis sociales-históricos, económicos, políticos, filosóficos basados en el
conocimiento científico. La idea es visualizar cómo funciona el sistema
monetario, cómo se organiza la sociedad, en qué paradigma se sustenta, cual es
el “clima o espíritu cultural” de la época; con este principal objetivo, se
crean grupos en todo el mundo que no dependen de ninguna organización estatal
ni oficial o institución formal, para por un lado crear lo que llamamos “masa
crítica” o sea, que la gente sepa lo que está pasando y pueda tener
herramientas para pensar críticamente, y por el otro, trabajar y crear
proyectos, actividades y espacios que apunten a inventar, crear, gestionar,
alternativas a los problemas humanos, de infraestructura social, etc.; esta
modificación será en función de las necesidades humanas (alimentación, refugio,
salud, amor etc.) fundamentalmente, y que se sustentan en el pensamiento, la
razón, el conocimiento aportado por la ciencia, la tecnología, y el arte.
Ni racionalista, ni existencialista.
Propone un sistema alternativo al que conocemos hoy, llamado economía basada en
recursos. Es un pensamiento ecológico, ya que lo que se propone es que nuestras
sociedades se organicen en base a criterios tales como: ciencia aplicada al
cambio social para posibilitar la sustentabilidad, cuidar el medio ambiente, mejorar
la calidad de vida, respetando el entorno y la naturaleza, ya que somos un solo
organismo. Se propone otro sistema, que dejaría obsoleto al actual, que desde
nuestro punto de vista ya lo está, solo que como plantea Guattari, sobrevive en
base a sus propias axiomáticas, que parecen capturar todo, codificar todo,
parece que no hubiera otra forma posible de organizarnos como sociedad, el
sistema nos sonríe y nos dice “todo lo que quieres yo puedo dártelo” pero eso
que nos da, es lo que nos tiene de alguna manera, presos y adictos a cosas
materiales innecesarias por ejemplo, pero esto lejos de ser un sueño hecho
realidad, es un engaño ya que el único cometido es que algunos pocos se
enriquezcan y mantengan sus lugares de poder, lo que nos violenta a todos,
diariamente, porque ni siquiera parece que podamos elegir. Todo es acumulación
de capital, el dinero es el nuevo Dios humano. Todo es comercializable, hasta
la espiritualidad.
Entonces, este es un movimiento que
propone la modificación de la estructura social y de la relación del hombre con
la naturaleza y de los hombres entre sí, a través del método científico para la
toma de decisiones, para progresar hacia un tipo de sociedad donde su
organización y sus modos de funcionamiento, sean en función de las necesidades
humanas vitales que permitan desplegar la potencia que todos tenemos, la cual es
incalculable, impredecible, no podemos saber cuánto puede un cuerpo, si las
condiciones son más limitantes que habilitantes. Por lo tanto, si pensamos
ecosóficamente lo que tenemos que pensar
es cómo modificar las condiciones actuales y como integrar el arte, la ciencia
y la tecnología a estos fines. Lo que hay que modificar, de manera progresiva,
es el paradigma socio-económico actual que condiciona la producción de
subjetividad y crea humanos adictos al sistema en que viven, al consumo de
bienes para nada necesarios perdiendo la conciencia respecto de las
consecuencias que esta relación con el consumo trae ya que lo que importa es la
ganancia monetaria.
El problema es que parece que no se da otra posibilidad de
crear algo nuevo, todo empuja hacia la conformidad, la repetición, la
aceptación pasiva, los falsos principios lógicos que rigen, y digo falsos
porque pareciera que van en contra de la felicidad, del bienestar, que es para
mi, encontrar esa sensación de plenitud de sentirse vivos, de poder elegir cómo
vivir sobre la base real de nuestras necesidades.
Este sistema parece recortar esa
posibilidad, es muy difícil que las personas en general se sientan plenas,
conformes con sus vidas. Esto es algo a revisar permanentemente, cuestionarnos
todo en este punto es muy necesario, no al punto de generar una especie de paranoia
persecutoria y correr el peligro de encerrarnos en nosotros mismos y que el
odio no permita ver más allá de los errores humanos, sino que hay que ver ¿qué
esquemas mentales tengo naturalizados? ¿Qué me enseñaron en la escuela, en el
liceo, en mi casa, en la tele? ¿Por qué me trasmitieron tales y cuales valores?
¿De dónde vienen esos valores? ¿Por qué existe el estado? ¿Cuál es su función? ¿Quién
inventó estas ideas? ¿Quienes fundaron estas instituciones y cuál es su
historia? ¿Cómo es el funcionamiento del sistema capitalista? ¿Es posible una
sociedad que no se base en el dinero, la pobreza y la guerra?
Es fundamental cuestionarse todo, y
pensar que podemos hacer para ir progresivamente modificando el paradigma
social actual, y eso no solo tiene que ver con movimientos emancipatorios como
el MZ, sino que también concierne y mucho a la psicología y su práctica clínica,
y lo que hacemos en el CFG.
En líneas generales, lo que quiero trasmitir es la
importancia de crear grupos autogestionados y productivos, con objetivos,
ideas, actividades concretas, que apunten a la desnaturalización de los
aspectos instituidos de nuestras sociedades, estilos de vida, moral, valores,
estratificación social, violencia, control, todo lo que conforma nuestra
cultura, sistema político, económico, etc. Los imperativos dominantes en
general.
Las viejas formas de resistencia y lucha, también quedaron
obsoletas, por eso se propone una forma pacífica de resistir al sistema y
también crear espacios para proponer alternativas, pensar soluciones,
experimentar otros modos posibles de ser, de estar, de vincularse. Ser parte
activa de la sociedad de la que somos parte, cada grupo, demuestra la potencia
que tiene el ser humano por la superación de sí mismo, con fines no egoístas,
sino vitales, que buscan generar nuevas condiciones, sin esperar que alguien lo
haga por uno, en esa especie de dependencia de un sistema impuesto, donde
repetimos y repetimos lo que se supone que hay que sostener, ni hacerlo con fines meramente individuales,
somos uno con otros, el yo, el sí mismo no es independiente de su entorno, de
las conexiones que se producen, etc.
Como reflexión final quería compartir que hoy me muevo
porque tengo la posibilidad, porque puedo, es una elección pero también es un
motor que me mueve a hacerlo concientemente y también es inexplicable como
llegué a esto; porque no acepto pasivamente lo que me viene dado, es parte de
un estilo de vida también, que tiene que ver con lo que soy y los caminos y
aprendizajes transitados y adquiridos, soy conciente que la humanidad ha
generado consecuencias devastadoras para el medio ambiente, que no estoy de
acuerdo con cómo nos organizamos y cómo sufrimos, y fundamentalmente, la crueldad
con nosotros mismos, por el mismo sistema perverso que hemos creado, y que hoy,
miles, ya no queremos sostener más.
Es importante agruparse y pensar qué hacer, siempre está,
esa es en parte, la libertad que siempre estamos buscando, y que está ahí, y
para mi es ese “hay que hacerlo” que no siempre surge, porque es de otra manera
que nos han educado, durante generaciones. Por eso decía hoy “la libertad es
creación”, y somos libres de crear cuanto queramos, y para eso, mientras más
seamos mejor, más pensemos, nos agrupemos, nos movamos por lo que nos parece
que hay que transformar, mucho mejor.
El CFG tiene hoy este desafío, el de crear un colectivo de
producción deseante, que lleve adelante las tareas del esquizoanálisis, no
venimos a consumir conocimiento porque pago la cuota, y si es así, tendríamos
que replantearnos para qué estamos acá. No olvidemos: autogestión y
autoanálisis son necesarios para que esto sea posible, y que nuestro colectivo
despliegue toda su potencia.
Voy a terminar leyendo tres citas para dejar abierta la
reflexión, una del Antiedipo y dos de Micropolítica, al respecto de lo que
vengo desarrollando:
“Una conspiración que conjuga el arte y la ciencia supone
una ruptura de todas nuestras instituciones y un trastrocamiento total de los
medios de producción... Si alguna conspiración, según el deseo de Nietzsche,
debía conjurar la ciencia y el arte con fines no menos sospechosos, la sociedad
industrial parecería hacerla fracasar de antemano por la índole de puesta en
escena que ofrece de ellas, so pena de sufrir efectivamente lo que esta
conspiración le reserva: el estallido de las estructuras institucionales que la
recubren en una pluralidad de esferas experimentales que revelan por fin el
rostro auténtico de la modernidad — fase última a la que Nietzsche veía que se
dirigía la evolución de las sociedades. En esta perspectiva, el arte y la
ciencia surgirían entonces como éstas formaciones soberanas, sobre las que
Nietzsche decía que formaban el objeto de su contra-sociología — el arte y la
ciencia estableciéndose en tanto que potencias dominantes, sobre las ruinas de
las instituciones” (Deleuze, G. Guattari F. El Antiedipo, P 378)
“Todas estas cuestiones de la economía colectiva del deseo
dejan de parecer utópicas a partir del momento en el que dejamos de considerar
la producción de subjetividad como un caso particular de superestructura, dependiente
de las pesadas estructuras de producción de las relaciones sociales; a partir
del momento en el que consideramos la producción de subjetividad como materia
prima de la evolución de las fuerzas productivas en sus formas más
«desarrolladas» (los sectores de vanguardia de la industria). La materia prima
del propio movimiento que anima la actual crisis mundial, esa especie de
voluntad de potencia productiva que revoluciona la propia producción a través
de las revoluciones científicas y biológicas, a través de la incorporación
masiva de la telemática, de la informática y de la ciencia de los robots, a
través del peso cada vez mayor de los equipamientos colectivos y de los medios
de comunicación de masas.”
(Guattari, F. Rolnik, S. Micropolítica: cartografías del
deseo. P 40)
”Tales mutaciones de la subjetividad no funcionan sólo en el
registro de las ideologías, sino en el propio corazón de los individuos, en su
manera de percibir el mundo, de articularse con el tejido urbano, con los
procesos maquínicos del trabajo y con el orden social que soporta esas fuerzas
productivas. Si eso es verdad, no es utópico considerar que una revolución, una
transformación a nivel macropolítico y macrosocial, concierne también a la
producción de subjetividad, lo que deberá ser tomado en cuenta por los
movimientos de emancipación.”
(Guattari, F. Rolnik, S. Micropolítica: cartografías del
deseo. P 41)
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